15 tips para ser disciplinado

En la era moderna de la sobre-productividad hablamos mucho acerca de tener que ser disciplinados, pero ¿qué significa realmente ser disciplinados? En este artículo exploraremos qué es la disciplina, qué es la constancia, qué es un hábito, cuál es la diferencia entre hábito y disciplina y, 15 tips para ser disciplinado.

Disciplina

¿Qué es la disciplina?

De acuerdo al Oxford Languages, la disciplina se trata de un “conjunto de reglas o normas cuyo cumplimiento de manera constante conducen a cierto resultado”, es decir, existe un resultado deseado (llamémosle meta) y se establecen una serie de parámetros que deben cumplirse constantemente para alcanzarlo.

La autodisciplina vendría siendo la disciplina que se aplica una persona a sí misma, es decir, cuando alguien de forma voluntaria establece las normas que va a cumplir para alcanzar su resultado deseado.

Autodisciplina

¿Qué es la constancia?

Según la Oxford Languages, la constancia es la “voluntad inquebrantable y continuada en la determinación de hacer una cosa o en el modo de realizarla”, aquí, voy a hacer énfasis en las palabras voluntad y continuada, ya que son los  rasgos característicos de la constancia, y lo que le diferencia del hábito.

¿Qué es un hábito?

Según la Oxford Languages, el hábito es la “práctica habitual de una persona, animal o colectividad”, podríamos decir que se trata de repetir una acción hasta que se vuelva costumbre. Un hábito toma 21 días en formarse y se estructura en nuestro cerebro, específicamente en los ganglios basales.

Constancia

¿Cuál es la diferencia entre hábito y disciplina?

Para formar un hábito necesitamos constancia, y para desarrollar la disciplina requerimos constancia, así pues, se trata de conceptos entrelazados donde la presencia de uno potencia la existencia del otro.

Por su parte, la disciplina conlleva una serie de reglas, mientras que el hábito requiere repetición. Ambos conceptos tienen un objetivo claro, por ejemplo: despertarme a las 8 todos los días o comer sano; el hábito requiere que pongamos la alarma todos los días, la constancia que nos levantemos y la disciplina que nos levantemos aunque no queramos o que nos acostemos más temprano.

Muchas veces escuchamos que la clave del éxito es la disciplina, y es verdad. Algunas personas piensan que la inteligencia y el talento son fundamentales para tener una carrera exitosa y satisfactoria, sin embargo, aunque tener estas cualidades puede ayudar en el camino, no son indispensables para alcanzar el éxito, de hecho, hay muchas personas inteligentes y talentosas que sin disciplina no han llegado a donde quisieran estar.

No obstante, cuando se trata de tener autodisciplina es fácil: 

  • perder de vista nuestras metas,
  • no sostener la motivación,
  • procrastinar actividades si no hay una tercera parte involucrada, 
  • no estar organizados adecuadamente, 
  • ser muy autocríticos,
  • mantenernos en la queja porque no estamos haciendo lo que “deberíamos” estar haciendo,
  • frustrarnos,

Además, hay otros factores que inciden en la disciplina como lo son la autoestima, el miedo al éxito, el miedo a la mediocridad, el miedo al fracaso, el miedo al riesgo, el miedo al rechazo, el autoconcepto y autoconfianza.

Frustración

¿Qué necesitas para trabajar en tu autodisciplina?,  a continuación te presento 15 tips para ello:

15 tips para ser una persona disciplinada

1.   Trabaja las metas y submetas

Una meta es el “fin al que se dirigen las acciones o deseos de una persona.”

Para determinar tus metas de forma clara necesitas preguntarte:

1) ¿Qué quiero lograr?

2) ¿Para qué lo quiero?

3) ¿Cómo lo voy a lograr? (pasos a seguir)

4) ¿Qué necesito? (costo, calidad, tiempo, cantidad)

5) ¿En cuánto tiempo quiero lograr esta meta?

6) ¿Cómo sé que logré la meta, cuál es el indicador?

Es fundamental que nuestra meta sea realista y alcanzable y que los pasos para alcanzarla no sean sobre-exigentes ni desalentadores.

 Mientras más específicx seas desarrollando tus metas, tendrás mayores probabilidades de ejecución y finalización.

2.     Tener una organización realista

Uno de los aspectos en donde suelen fallar la mayoría de las personas, es en hacer una organización que sea realista, sensata y amable.

Normalmente ocurre, que la persona atraviesa un momento de mucho entusiasmo donde se plantea demasiados objetivos y actividades que, además, debe cumplir en plazos de tiempo absurdos.

Para organizarte de forma realista te recomiendo:

1)     Elabora un horario con las actividades que haces durante el día (no las que quieres hacer), esto te permitirá observar a qué cosas le estás dedicando tiempo de más o de menos y te ayudará a establecer prioridades.

2)   No coloques en tu agenda mil proyectos al mismo tiempo, debes ir agregándolos de forma progresiva una vez que vayas construyendo un hábito.

3)     Mide los tiempos que te toma hacer determinada actividad y planifica acorde a ello.

4)     No asumas trabajos o proyectos para los que no dispones de tiempo.

5)     No te sobre-exijas, ve un paso a la vez.

Metas

3. Trabajar el miedo al éxito

El miedo al éxito suele derivarse de: sentir que no somos merecedores de éxito, o sentir que no podremos manejarlo.

En el primer caso, es común que las personas que sienten que no merecen el éxito hayan crecido en ambientes opresores y sumamente críticos. Es necesario ampliar el esquema de pensamiento positivo, trabajar en la autoestima y en el reconocimiento.

En el segundo caso, la persona que siente que no podrá manejar el éxito suele pensar que no va a conseguir un equilibrio entre lo laboral y lo personal y esto es falso: con metas claras y una buena organización es totalmente factible tener lo mejor de ambos mundos.

4. Trabajar el miedo al fracaso

El miedo al fracaso es un miedo irracional a fracasar o cometer errores. La actitud de las personas frente al miedo al fracaso se divide en dos:

1)  Conducta de evitación: procrastinar o directamente no cumplir con actividades en las que se pueda generar el fracaso.

2)  Conducta de sobrecompensación: Trabajar horas extras y demasiado para evitar un posible fracaso.

Para reducir este miedo tenemos que hacer valoraciones acertadas de nuestra realidad y evitar las anticipaciones derrotistas (“lo voy hacer mal”).

A veces mal usamos el término fracaso para referirnos a errores, es verdad que una serie de errores pueden llevar al fracaso pero, si mides tus resultados y haces ajustes adecuados, esos errores serán aprendizajes muy valiosos que te ayudarán a salir adelante.

Miedo al fracaso

5.  Trabajar el miedo al rechazo

El miedo al rechazo es un pensamiento irracional de que no seremos aceptados, queridos o escuchados. 

Para trabajar este miedo necesitas:

1)  Trabajar en tu autoestima y recuperar la confianza en tus capacidades.

2)  Asumir las experiencias pasadas de rechazo, quitándoles la carga afectiva (es decir, no convertir el rechazo en algo personal, reconocerlo como un derecho que tiene otra persona sobre sus propios gustos o necesidades).

3)  Trabajar en reducir la ansiedad que se genera a partir de este miedo.

4)  Eliminar distorsiones cognitivas que sustentan este miedo (si no gusta es porque no valgo, no soy buenx en lo que hago, etc).

6.   Trabajar el miedo a la mediocridad

La palabra mediocre, si bien representa algo de calidad media, también puede entenderse como algo de poco mérito o valor. Este miedo deriva del miedo al rechazo, y el miedo a que el trabajo no sea perfecto, literalmente.

Las personas con este miedo, suelen también sentir temor a ser auténticos, que su trabajo sea valorado mediocre y tienen pánico a un desempeño deficiente.

Reflexiona, permítete ser auténticx, disfrutar de tu trabajo, sigue formándote y practicando. Trata de deshacerte de la idea de que tu trabajo será “perfecto” de la noche a la mañana.

Reconoce y valora tu esfuerzo, tus conocimientos y tu experiencia; no te sobre-exijas ni te comprometas con demasiados trabajos con los que después no puedas cumplir.

Miedo al riesgo

7.   Trabajar el miedo al riesgo

Cuando asumimos riesgos, nos exponemos al posible rechazo, a que nuestra iniciativa no guste y a salir de nuestra zona de confort.  Tomar riesgo implica confiar en nosotros y nuestras habilidades.

En este punto es muy importante considerar:

Quien no hace, no avanza.

Por ej: muchos artistas se encuentran con innovadoras ideas creativas que temen poner a flote porque no saben si puede funcionar, y la única manera de saberlo con certeza es probándolo, sin embargo, el miedo a tomar ese riesgo creativo les paraliza.

Hay que tomar en cuenta que las ideas que tenemos van tomando forma en el tiempo, van mejorando y creciendo a la par que crecemos y mejoramos nosotros en nuestro trabajo.

No descartes ninguna de tus ideas, escríbelas, desarróllalas, déjalas reposar y tómalas de nuevo más adelante. Tenemos la tendencia a querer todo para ya, tengamos calma, paciencia, los proyectos llevan tiempo, tenemos que ser conscientes de ello.

Sobre todo, pasa a la acción, empieza.

8.   Trabajar la idea de perfección

La perfección es algo muy subjetivo ¿Cuál sería el indicador para determinar que algo es perfecto? Y ¿Según quién es algo perfecto?

Somos muy exigentes con nosotros mismos, y el sentir que tenemos que hacer cosas perfectas nos paraliza, nos coloca en un lugar imposible, porque nunca nada será suficiente.

Seamos honestos, queremos hacer un buen trabajo y no cualquier cosa, eso está bien, y podemos poner objetivos amables y realistas con nosotros mismos, basta con hacer nuestro mejor esfuerzo, y mantenernos en formación, pero sobre todo, tenemos que mantenernos activos, así seguiremos aprendiendo y avanzando.

¿Estás dispuestx a dar tu mejor esfuerzo en tu trabajo? Eso es todo lo que necesitas.

Constancia

9.   Entender que la disciplina es algo que se entrena, no es innato.

Hay personas que piensan que no nacieron disciplinadas y entonces no pueden serlo, esto es completamente falso, la disciplina se entrena, para ello hay que crear pequeños hábitos que podamos sostener en el tiempo, ponernos en un inicio una meta pequeña, y cuando nos sintamos cómodos, entonces ir aumentando.

Entrenar la disciplina también implica confrontar la desidia y tomar acción, en mi e-book “Guía para que empieces a crear sin excusas”, hablo un poco más sobre este tema. Lo puedes descargar de forma GRATUITA aquí.

El pensamiento de que no podemos lograr algo es automáticamente un bloqueo y desvalorización de nuestras capacidades. Eres capaz de hacer lo que te propongas, a tu ritmo, por favor, no te menosprecies ni quites mérito a tus habilidades, sí puedes ser disciplinadx.

10.   Alejarte de actividades y personas tóxicas

Cuando tienes metas claras es fácil orientarte a ellas y darte cuenta de cuáles actividades o cuáles personas te mantienen alejadx de tu meta.

Está bien tener actividades que nos gusten, es necesario, pero hay ciertas actividades que hacemos en exceso que realmente no aportan mucho valor a nuestra vida y es tiempo que podríamos estar invirtiendo en nuestros proyectos, por ejemplo: revisar las redes sociales 4 o 5 horas al día ¿Es necesario? Quizás sí, si te dedicas al mundo digital y quieras mantenerte actualizadx en ciertas cosas, y aún así, se pueden establecer horarios para esa actividad.

Detente un momento y pregúntate ¿En qué actividades estás invirtiendo más tiempo del que te conviene? Empieza a depurar tu vida de cosas que no necesitas para hacer tiempo que puedas dedicar a lo que te apasiona.

Haz lo mismo con las personas tóxicas en tu vida, aquellas que saben que quieres comenzar un proyecto y siempre te insisten en que lo pospongas, aquellas personas que no te aportan nada positivo.

11.   Entender que la disciplina no es igual a privación de placer

Ser disciplinado no implica renunciar a las cosas que te gustan y disfrutas, todo lo contrario, es abrir caminos en tu vida para poder hacer estas cosas y más. Tenemos que tener una buena organización, planificación, autoconfianza y sobre todo una actitud positiva y de acción.

Ser disciplinados nos va a permitir acercarnos a nuestros objetivos satisfactoriamente sin renunciar a las cosas que nos gustan y disfrutamos. Es necesario balancear nuestro horario, planificar en nuestras actividades tiempo de trabajo y tiempo de distracción, es fundamental para nuestro bienestar.

Placer

12.   Trabajar en el síndrome del impostor

El síndrome del impostor consiste en que una persona exitosa siente que este éxito no es suyo, que no se lo merece, y que en cualquier momento le van a descubrir como un impostor o fraude. Debido a esto se presentan bloqueos, parálisis, y aparece la sobre exigencia tanto profesional como académica.

Si quieres saber más sobre este síndrome y cómo afrontarlo, te invito a leer mi post9 indicios de que puedes sufrir el síndrome del impostor”.

Si sufres de este síndrome lo primero es reconocerlo cuando aparezca y no dejar que este miedo a ser un “fraude” te sobrelleve.

Tómate unos minutos y piensa en todas las cosas que has logrado hasta el momento; ten en cuenta que levantarte de la cama en medio de una depresión, haber empezado ese curso que tanto deseabas, haber terminado una formación, etc., son logros.

13.   Tomar decisiones

¿Cómo se toman decisiones? Reconocer qué necesitas y entender las opciones que tienes es fundamental para ello. Reúne toda la información que puedas, sé consciente de tus habilidades y experiencia y cómo te pueden aportar para cumplir tu meta; si te cuesta tomar una decisión, establece un plazo de tiempo.

Este esquema se puede usar para cualquier decisión que necesites tomar en tu día a día, pregúntate cosas cómo:

  • ¿Necesito esta formación? Sí o no.
  • ¿Necesito esta experiencia? Sí o no.
  • ¿Es esto necesario para alcanzar mi meta? Sí o no.
  • ¿Necesito hacerlo en este momento? Sí o no.
  • ¿Quiero hacerlo en este momento? Sí o no.
  • ¿Quiero seguir posponiendo esto? Sí o no.

Las respuestas te irán guiando hacia qué decisiones tomar, y establecer prioridades para alcanzar tu meta creativa.

Tomar decisiones

14.   Confiar en ti, tu arte, tu talento y tu formación

Autoestima y autoconfianza son dos aspectos claves que tenemos que trabajar para tener disciplina, porque la mayoría de los pensamientos que nos frenan o bloquean están vinculados a estos.

Empieza a darle valor a las cosas que tienen valor.

Una baja estima puede afectar no solo el bienestar emocional sino el desarrollo profesional.

Es importante que puedas identificar tus cualidades, las que te gustan y las que quisieras mejorar, sé amable y empáticx contigo.

Toma en cuenta todo lo que te hace ser la persona que eres hoy día  tu formación, tu experiencia, todo lo que has aprendido hasta el momento; seguirás aprendiendo y mejorando, pero a través de la acción.

Trabaja en tu autoestima y tu autoconfianza para que no aparezcan pensamientos que te bloqueen y te impidan avanzar.

15.   Elimina el *todo o nada*

A veces las personas se encuentran en esta encrucijada de hacerlo todo perfecto o no hacerlo, pero no hay la media tinta de “vamos a empezarlo y lo vamos mejorando en el camino”.

Lo común es querer hacerlo todo ya, terminarlo en 3 días, que no tenga errores, que sea un best seller al primer intento y la realidad es que todo proyecto conlleva un proceso, un proceso lleno de matices, no es blanco o negro.

Reconocer los proyectos como procesos, nos permiten valorar nuestro trabajo en el tiempo, reflexionar y mejorar o ajustar cosas, no nos presiona a terminarlo todo inmediatamente, nos ayuda con la planificación, es realista y es sano.

Punto medio

Conclusiones

En este artículo hemos abordado ¿Qué es la disciplina? ¿Qué es la constatación? ¿Qué es el habitos? ¿Cuáles son sus diferencias? y 15 tips para ser una persona disciplinada.

La disciplina consiste en seguir un conjunto de reglas de forma constante para lograr un objetivo.

La constancia se refiere a la “voluntad continuada en la determinación de hacer una cosa”

Un hábito se trata de repetir una acción hasta que se vuelva costumbre y se estructura en nuestro cerebro

Disciplina

¿Cuál es la diferencia entre hábito y disciplina?

Para formar un hábito necesitamos constancia, y para desarrollar la disciplina requerimos constancia, así pues, se trata de conceptos entrelazados donde la presencia de uno potencia la existencia del otro.

Por su parte, la disciplina conlleva una serie de reglas, mientras que el hábito requiere repetición. 

No necesitas ser inteligente o talentoso para tener éxito, la disciplina tiene una clave fundamental en el desarrollo de carreras exitosas.

 No obstante, cuando se trata de tener autodisciplina es fácil: 

  • perder de vista nuestras metas,
  • no sostener la motivación,
  • procrastinar actividades si no hay una tercera parte involucrada, 
  • no estar organizados adecuadamente, 
  • ser muy autocríticos,
  • no lograr sostener la motivación,
  • mantenernos en la queja porque no estamos haciendo lo que “deberíamos” estar haciendo.
Disciplina

15 tips para ser una persona disciplinada:

1. Trabaja las metas y submetas

2. Tener una organización realista

3. Trabajar el miedo al éxito

4.  Trabajar el miedo al fracaso

5.  Trabajar el miedo al rechazo

6.  Trabajar el miedo a la mediocridad

7.  Trabajar el miedo al riesgo

Determinación

8.  Trabajar la idea de perfección

9.  Entender que la disciplina es algo que se entrena, no es innato.

10.   Alejarte de actividades y personas tóxicas

11.   Entender que la disciplina no es igual a privación de placer

12.   Trabajar en el síndrome del impostor

13.   Tomar decisiones

14.   Confiar en ti, tu arte, tu talento y tu formación

15.   Elimina el *todo o nada*.

Espero que este artículo haya sido de ayuda y si deseas acompañamiento para fortalecer tu disciplina puedes contactar conmigo sin compromiso.

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