¿Qué es la crítica? ¿Qué es la autocrítica? ¿Cuáles son los tipos de autocrítica? ¿Qué es la autocrítica destructiva? ¿Qué es la autocrítica constructiva? ¿Cómo potenciar la autocrítica constructiva o positiva?
Dentro de las variadas definiciones de la palabra “crítica”, según la rae se trata de un “Ataque verbal o comentario negativo” por lo tanto criticar vendría siendo “Hablar mal de alguien o de algo, o señalar un defecto o una tacha suyos.”
Por otra parte, existe la crítica constructiva, si vamos a la definición de constructivo en la rae expresan a que refiere a construir en oposición a destruir. Cuando hablamos de crítica constructiva nos referimos a sugerencias que se le hacen a una persona o trabajo para ayudarle a mejorar o construir a partir de un elemento, acción o característica.
Cuando hablamos de autocrítica nos referimos a una capacidad de analizar y cuestionar no sólo defectos sino también cualidades del carácter propio, aciertos y errores, esto se traduce en una serie de pensamientos que se une a emociones y creencias que tenemos de nosotros mismos que pueden influir en nuestro desarrollo personal de forma positiva (crecimiento) o negativa (castigo o humillación) (Scheidt, F., 2000).
En este sentido hablamos de dos tipos de autocrítica: la positiva o constructiva y la negativa o destructiva; la diferencia entre ambas es que ante una misma situación podemos o bien bloquearnos y quedarnos con sentimientos de culpa o activarnos y modificar acciones en nuestra vida para así aumentar nuestro desarrollo personal y bienestar (Whelton y Greenberg, 2005).
Así pues, la autocrítica se considera en psicología un proceso adaptativo o desadaptativo que puede originar consecuencias positivas o negativas respectivamente.
Autocrítica constructiva o positiva
La característica principal de la autocrítica constructiva es que evaluamos nuestras conductas con el fin de identificar cuáles no nos están funcionando y así modificarlas, aquí, podemos reconocer y criticar productivamente nuestros errores y crecer a partir de ellos. De esta manera, no sólo tenemos una mejor visión de nosotros mismos, sino que también reconocemos que nos podemos equivocar y superarnos. Así, logramos aumentar nuestro rendimiento en las acciones que ejecutemos a futuro (De Rosa et al., 2012).
La autocrítica positiva nos permite tomar más consciencia de nosotros, de cómo nos desenvolvemos y relacionamos, así como de nuestra forma de interpretar lo que nos sucede. Promover este tipo de crítica nos permite adaptarnos al entorno y potenciar nuestro desarrollo personal (De Rosa et al., 2012).
Autocrítica destructiva o negativa
La autocrítica destructiva se trata de una cadena de pensamientos negativos que afectan nuestra vida, nuestros comportamientos y nuestras acciones; ésta es rígida y potencia nuestra vulnerabilidad. En la autocrítica negativa tenemos una visión sesgada de nosotros mismos y sentimos que no tenemos el control de nuestra vida, no somos capaces de ver nuestros errores en pro de modificarlos lo que nos hace sentir como unos ineptos (Blatt, 1974; Whelton, Paulson y Marusiak, 2007, Shahar, 2001, Tompson y Zuroff, 2004).
Al no ser capaces de reconocer nuestros logros es muy probable que desarrollemos sentimientos de culpa, depreciación, baja autoestima, estancamiento baja energía y una postura antievolutiva, así como estrategias disfuncionales de afrontamiento y al pensar de forma excesiva las cosas de forma negativa puede derivar en depresión o altos niveles de ansiedad (De Rosa et al., 2012; Iancu et al., 2015, Dunkley y Blankstein, 2000, Scheidt, F., 2000).
¿Cómo potenciar la autocrítica constructiva?
Es muy importante ante todo que identifiquemos cuál es el pensamiento crítico, como por ejemplo “no sirves para nada” “nunca logras nada” “este proyecto es mediocre”, etc.
Luego cuestionamos el pensamiento: ¿Es esto cierto? ¿es realmente cierto? “nada” es una palabra muy amplia pero muy concreta, ¿realmente no sirves para algo o nunca has logrado algo?
Una vez cuestionada esa pregunta, nos hacemos otra: ¿Qué es lo que esta crítica quiere decirme realmente? Quizás que no estoy desarrollando todo mi potencial, que estoy procrastinando demasiado, o que me gustaría ofrecer mejores resultados en mi proyecto.
Ahora, tomamos acción: ¿Qué necesitamos para lograr esto? ¿Cómo me planteo desarrollar mi potencial? ¿Estaré en el sitio correcto? ¿Tendré el mejor equipo de trabajo? Reviso mis metas y evalúo dónde quiero ejercer un cambio. ¿Estoy procrastinando demasiado? Entonces hay un miedo, hay algo que me genera ansiedad quizás necesito ayuda profesional o desarrollar más disciplina, establecer nuevos hábitos, quizás necesito una agenda, o un nuevo trabajo, las posibilidades son infinitas, lo importante es que te cuestiones dónde quieres cambiar y ejecutes una línea de acción para hacer esos cambios y aumentar tu desarrollo personal y bienestar.
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